Pasen a la feria de las maravillas prendidas de la solapa o del coletero y vean, señores, damas y simples vivientes, qué variedad de figuras, sonrisas y bichos les aguardan en forma de Lanuxos. En primer lugar, la rana carnívora del Mandeo, especializada en devorar moscas y tíabuelas repelentes. Le sigue el buen mozo y bailador galaico Centoliño, que, con su montera picona, las trae a todas de calle suspirando. En grupo o por separado, se presentan los tres cerditos sin lobo que les sople: el bravo jabalí, el puerco celta y el rosado paquidermo doméstico; sencillamente deliciosos. Y para rematar, mutatis mutando, el tornante e indeciso camaleón bailando aquello de "Un pasito p' alante, María... un pasito p' atrás".
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