Con su tabla afilada por mil olas y su pelo oxigenado por mil y un soles, con uva y mechas californianas incluidos, este pulpo surfero apenas reposa unos instantes en tierra para saltar de nuevo al mar y remontar todas las fieras mareas que pueda. El descanso del guerrero, eso sí, en su cala de Fontán, de donde es Surfer Resident.
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